ADN, alimentación y ‘wearables’: el gran cocktail

20 Feb 2015 | 5:15 pm | Autor: Roc Fages

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La gestión de la información genética nos marcará las vidas. La alimentación será, definitivamente, el gran driver de la salud. Y en nuestra piel podremos tener algo que nos lo controle. Las últimas semanas me han llegado muchos ‘inputs’ sobre esos ámbitos tanto desde el cómo estamos, como en lo que viene.

Genética.
No voy a descubrir nada después de lo mucho que se ha hablado sobre la importancia de la genética. Hace dos años, un investigador decía en una conferencia en Barcelona que pronto se pagará a las personas para que se hagan tests genéticos. Ahora por cien euros puedes hacerte uno. Hace siete años, sólo siete, costaba más de mil y dos mil.

También en Barcelona, ya hace un tiempo que una empresa te ofrece cosmética personalizada para tu piel según un test genético. Pero lo que llegará muy pronto es la posibilidad de que puedas comprar aquellos alimentos que más se ajusten a tu ADN. Por cierto, los científicos confirman que técnicamente es osible ya clonar a un ser humano desde la genética. Se ha hecho con primates.

Alimentación
Se sabe que en pocos años la producción de alimentos será inferior a la demanda en todo el mundo. En el momento en que China empezó a tener un atisbo de clase media -algo que allí se traduce en millones de personas- las reservas de trigo mundial empezaron a sufrir, con el consiguiente encarecimiento de ese preciado y básico alimento. La próxima estación será cuando en China haya más clase media, y se le sume la de India y África.

A todo ello se le debe sumar la cada vez más concienciación de la importancia de la alimentación para la salud en la civilización occidental. Ahora se quiere comer bien no tanto para adelgazarse sino para no sufrir enfermedades, sobretodo vinculadas al corazón o las crónicas como la diabetes. Lo que empieza también a calar es el darse cuenta que otras enfermedades menos ‘mediáticas’ también pueden ser evitadas con la alimentación: enfermedades neuronales o hasta distintos tipos de cáncer.

Por lo tanto, poder saber lo que tengo que comer, y disponer de una oferta ‘just-in-time’ para perder el menor tiempo posible en adquirir la comida y en ingerirla es lo que más se venderá. Personalmente creo en el modelo ‘slow food’ y ‘slow life’, pero también soy partidario del equilibrio entre lo ‘aquí y ahora’ y lo de ‘quiero tomarme mi tiempo’. De momento, ya hay ofertas como un pequeño gadget que permite ‘escanear’ la comida y te indica al instante lo que comes y lo que contiene. Cruzando esos datos con los que te convienen -también aquí, previo test- puedes saber si debes comerlo o no.

‘Wearables’
En poco tiempo dejaremos de ver al clásico ‘runner’ con un pedazo de teléfono colgado de su brazo para escuchar música mientras hace sus ejercicios diarios. Lo tendrá todo en un chip en su camiseta, que se conectará con la ‘nube’ y recibirá la música en sus cascos -o en unas bolitas en las orejas- a través de bluetooh. Es más, podrá cambiar de música haciendo un indicativo con su voz, que irá a parar al chip en cuestión para que dé la orden a la ‘nube’.

En menos tiempo aún, una persona con diabetes o con demasiado azúcar en sangre, podrá tener un pequeño ‘tatoo’ -temporal- con una tinta que podrá controlar los niveles de azúcar y avisarnos en nuestro móvil, o en el televisor mientras estamos viendo una serie, o en la pantalla de la nevera cuando la vayamos a abrir, o hasta en la etiqueta digital de un yogur.

El mundo de los ‘wearables’ -tecnologías en nuestro cuerpo directamente o en la ropa- está aquí y empezará a despegar como la espuma en 2015.

Un final
No puedo hacer un final a esta reflexión, porque he expuesto una pequeña, mínima, ínfima punta de un enorme iceberg que poco a poco irá saliendo. Lo que sí creo tener claro es que la combinación de la genética, la alimentación y los ‘wearables’ será algo inaudito en favor de nuestra salud. El nicho de negocio en modo ‘oceano azul’ es enorme. Habrá muchas cosas inútiles y descartables, pero otras serán clave.

 

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