A vueltas con la Generación Nintendo

19 Feb 2009 | 11:34 am | Autor: Roc Fages

Filed under: Innovación

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Cuando expongo la importancia de las redes sociales en las empresas, siempre acabo diciendo la importancia que se debe dar a la Generacion Nintendo, aquellos adolescentes que se han educado con la videoconsola pegada y que ello les ha enseñado a ser ganadores pero colaborativos a la vez, sin miedo al fracaso y capaces de levantarse otra vez de cualquier golpe. Ellos serán los futuros trabajadores y directivos, y la red, el colaborar, la mentalidad 2.0 estará integrada en sus mentes cuando entren en el proceso productivo.

Pues bueno, entro aquí un interesante párrafo del Financial Times que creo que ratifica lo dicho:

"In any case, many executives may find that Enterprise 2.0 is already happening at their organisation without them knowing, so they may as well embrace it, says John Newton, chief technology officer and chairman at Alfresco, an open source content management company.

He says: “Any scepticism will not be overcome by technology vendors, but by employees.”

As the next generation of employees enters the workplace, he adds, their demands are likely to become more strident, making the provision of social networking tools critical to businesses looking to attract the best and brightest"
(Financial Times, ‘Business starts to take Web 2.0 tools seriously’
, Jessica Twentyman, 27 de enero de 2009)

De hecho, empieza a ser el momento para que los directivos dejen de preguntarse ‘¿Distraerá eso del Facebook a los trabajadores?’. Por cierto, cuando apareció Internet y el correo electrónico se preguntaban, ‘¿Distraerá Internet a los trabajadores?’, y ahora, en el ámbito ejecutivo y comercial, no hay casi nadie que no tenga un dispositivo móbil para controlar los correos electrónicos.

Quiero recordar que esa teoría de la Generación Nintendo la he construido a partir del libro que me hizo descubrir Alfons Cornella, The kids are alright. How the gaming generation is changing the workplace, de John C. Beck y Mitchell Wide, editado por la Harvard Business School Press y del que ya he hablado en este blog.